En la madrugada del 22 de junio de 2025, Estados Unidos atacó con bombas masivas a Irán, golpeando tres centrales de desarrollo e investigación nuclear (Fordow, Natanz e Isfahán) en una operación coordinada con Israel, violatoria del derecho internacional y del Tratado de No Proliferación Nuclear.
El 13 de junio, Israel inició un ataque sorpresa contra Irán. El presidente Donald Trump colaboró personalmente desde hace meses engañando a las autoridades iraníes haciéndoles creer que no permitiría un ataque de Israel mientras hubiera negociaciones irano-estadounidenses. Contra toda expectativa, Irán ha logrado responder a Israel y establecer cierto equilibrio de fuerzas a pesar de la ayuda militar masiva de Estados Unidos y otras potencias occidentales.
La aventura belicista de Trump y Netanyahu contra Irán se explica por varios objetivos imperialistas y no por la mentira de que Irán esté desarrollando armas nucleares, que, si hubiera querido, ya tendría. El comando israelí pretende evitar la normalización de relaciones de Irán con el mundo o incluso derrocar al régimen iraní, quizás con la esperanza de imponer un gobierno títere. Asimismo, quiere hacernos olvidar el cruel genocidio que sus fuerzas de ocupación están cometiendo en la Franja de Gaza desde octubre de 2023. Una nueva guerra duradera en la región prometería abrir nuevas oportunidades de negocios a la burguesía del complejo industrial-militar israelí con el estadounidense.
El comando estadounidense pretende poner en uso la inversión de cientos de miles de millones de dólares que ha regalado a lo largo de las décadas a Israel para extender su dominio sobre el conjunto del Medio Oriente. Busca dominar por completo la zona más rica en hidrocarburos del mundo, lo que le llevaría a poner en marcha el sueño de los neoconservadores que, bajo la presidencia de George W. Bush, invadieron Iraq en 2003 con una criminal y fallida esperanza de dominación regional total. Todo parece indicar que espera usarlo para chantajear más eficazmente a todo el planeta a doblegarse ante sus designios y los intereses del gran capital de su país.
Sin mucha esperanza de detener la agresión, el Estado iraní tiene varias opciones. Probablemente responda de manera a no causar bajas humanas a las fuerzas imperialistas presentes en la región, pero demostrando que puede hacer mucho daño al agresor. Trump advirtió contra una posible respuesta iraní, afirmando que el Pentágono volvería atacar pero con más virulencia. Después del ataque, Trump expresó que espera una capitulación iraní total o, de lo contrario, atacará de nuevo. Aunque está por verse, pareciera que Estados Unidos busca no únicamente humillar a Irán, sino continuar con una guerra devastadora prolongada.
Aunque grandes sectores de la población iraní rechazan el régimen teocrático, repudian la agresión imperialista. Les queda claro que ni a Trump ni a Netanyahu les interesa su suerte, sino, únicamente las ganancias de los dueños del gran capital bélico y del capital financiero que ya están sacando provecho de esta guerra.
- Cese inmediato de los bombardeos
- Retirada inmediata de las fuerzas imperialistas de Medio Oriente
- Boicot al complejo militar-industrial estadounidense-israelí
- Solidaridad activa con los movimientos populares palestino e iraní
¡Alto a la guerra de destrucción capitalista!
¡No a la guerra!
¡Alto al genocidio y retirada inmediata e incondicional de Israel de Gaza!
MOVIMIENTO SOCIALISTA DEL PODER POPULAR
Por qué los organismos encargados de frenar o sancionar la violación de USA no hacen nada, se aprecia que están del lado del opresor o son aliados…
Basta de armas , bombas, no a la guerra