La decisión unilateral del gobierno imperialista y ultraderechista de Donald Trump, de imponer un arancel del 25% a las exportaciones mexicanas y canadienses hacia Estados Unidos, y del 20% a China, es el inicio de una guerra comercial de Estados Unidos contra el resto del mundo.
La oligarquía que gobierna Estados Unidos intenta que los pueblos del mundo paguemos la factura de sus déficit comercial y presupuestal, de su gigantesca deuda pública y gasto militar, pero, sobre todo, de la dura competencia que representa China en el terreno tecnológico. Estados Unidos es una potencia imperialista en franca decadencia que se resiste a perder su hegemonía y el surgimiento de un mundo multipolar. No hay nada más peligroso que un imperialismo acorralado.
La entrada en vigor de estos impuestos tendrá consecuencias muy dañinas para el pueblo de México, de Estados Unidos y para todo el mundo. Para México significa la pérdida de empleos (por la fuga de empresas hacia ese país y la disminución de nuestras exportaciones), relanzar una nueva espiral inflacionaria y una severa contracción de la producción y del comercio global. El inicio de toda guerra comercial puede ser preámbulo de conflictos bélicos tan graves como la primera y segunda guerras mundiales.
Como al final del Imperio Romano, Donald Trump pretende sostener a EEUU como la nación “más poderosa sobre la tierra”, a costa de imponer onerosos tributos y el sometimiento del resto de los pueblos del mundo a sus designios.
Esta guerra comercial viene acompañada de una agenda política de extrema derecha que pretende destruir los derechos laborales, el derecho de las mujeres a controlar su propio cuerpo, de victimizar a la comunidad LGBTI+; negar la existencia del cambio climático y cancelar la reducción de gases de efecto invernadero; de incentivar el odio hacia los trabajadores migrantes, el racismo y la xenofobia. No es de extrañar que la ceremonia de toma de posesión de Donald Trump haya cerrado con el saludo fascista del multimillonario Elon Musk.
Saludamos la respuesta firme de la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo al denunciar como hipócritas las acusaciones de que el actual gobierno mexicano no hace nada para detener el flujo de drogas hacia Estados Unidos y de convocar a una movilización nacional -para el domingo 9 de marzo, a las 12 horas en el Zócalo de la Ciudad de México-, para informar sobre las acciones en respuesta a las agresiones de Donald Trump en contra de México.
Proponemos que estas medidas incluyan aplicar sanciones arancelarias a las importaciones que vienen de Estados Unidos, diversificar nuestro comercio exterior, apoyar la producción nacional, dejar de consumir productos hechos en Estados Unidos y auditar la deuda pública para dejar de pagar deudas ilegítimas.
La respuesta de México a Estados Unidos no es un problema bilateral, es un problema global. Se requiere de un cambio en la correlación de fuerzas a nivel mundial para derrotar a Trump. Insistimos en la necesidad de crear un frente de países progresistas de América Latina y el Caribe, con una propuesta alternativa de desarrollo regional y de su relación con EEUU, para responderle al bravucón. Al mismo tiempo que impulsemos masivas movilizaciones populares, cobijadas por una amplia coalición de fuerzas antifascistas y antimperialistas.
Ciudad de México a 4 de marzo de 2025.
MOVIMIENTO SOCIALISTA DEL PODER POPULAR